De no tomarse medidas afirmativas e inmediatas, abatir el rezago en materia de equidad de género en México tomaría más de cien años, coincidieron empresarios, directivos de organismos internacionales y funcionarios públicos.
Durante el foro “La visión femenina como motor de crecimiento y la Inclusión Social”, organizado por el Consejo Ejecutivo de Empresas Globales (CEEG), su presidenta, Claudia Jañez indicó que hay dos caminos para alcanzar la equidad de género en los ámbitos laboral y empresarial: seguir como hasta ahora con avances marginales o acelerar el paso con acciones contundentes.
Aseguró que según investigaciones recientes, México ocupa el lugar 50 de 149 países en términos de igualdad de género de acuerdo con datos del Foro Económico Mundial, refirió.
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Solo 44.9% de las mujeres mexicanas en edad de trabajar están empleadas y la brecha de género en la tasa de participación en la fuerza laboral es de 35.1%, muy por arriba del promedio de la OCDE (12.2%), puntualizó.
Jañez señaló que estos datos muestran la necesidad de redoblar el paso hacia la igualdad de género, sumar esfuerzos, avanzar con compromisos puntuales que contribuyan a que hombres y mujeres tengan acceso a las mismas oportunidades.
Al tiempo, los principales hallazgos del McKinsey: Una ambición, dos realidades Women Mater Mx 2018, a cargo de Eduardo Bolio, encontró que la representación de las mujeres en empresas extranjeras en México es casi 30% mayor que en las compañías mexicanas.
Desde los cargos de nivel de entrada se establece una diferencia significativa de 11 puntos porcentuales entre las empresas de origen extranjero y mexicano, y en los niveles de vicepresidencia y ejecutivos de alto nivel, las empresas extranjeras doblan y cuadruplican a las nacionales en términos de representación femenina.
El estudio estimó que cerrar la brecha laboral de género representa una oportunidad para agregar 12 trillones de dólares adicionales al PIB total global y 0.8 trillones de dólares adicionales, es decir, 70% al PIB de México.
En su ponencia, ponderó la necesidad de “arrebatar” los derechos que les niegan a las mujeres, particularmente de las indígenas, las más pobres de las pobres.
Mario Fócil, titular de la Unidad de Administración del Instituto Federal de Telecomunicaciones; Alexandra Vitard, vicepresidenta de Relaciones con Gobierno y Desarrollo de Negocios de ABB México, y Gabriela García, vicepresidenta de Recursos Humanos de PepsiCo coincidieron en que la inclusión, el desarrollo y la equidad no es un asunto social, sino económico y productivo.
