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Si bien es cierto el acoso sexual está definido en el artículo 3o. Bis de la LFT como una forma de violencia en la que, aun cuando no exista subordinación, se presenta un ejercicio abusivo del poder que produce un estado de indefensión y de riesgo para quien lo padece, también lo es que implica acciones relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva (art. 13, segundo párrafo, Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia).
La LFT prohíbe a las empresas generar conductas de ese tipo; permitirlas o tolerarlas, pero cuáles actitudes deben entenderse de esa forma (art. 133, fracs. XII y XIII). Son diversas las acciones que pueden configurar el acoso sexual, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), mismas que pueden ser consultadas en el tema: Hacer esto es acosar detalla algunas de ellas.
De ahí que sea primordial que los patrones observen lo señalado en el Protocolo de actuación a casos de violencia laboral, hostigamiento y acoso sexual, dirigido a las empresas de la República Mexicana, a fin de que puedan identificar las conductas de esta naturaleza entre su personal y así cumplir con el dispositivo 133, fracciones XII y XIII de la LFT.
Para ello, solo deben evaluar los siguientes comportamientos:
