La Ley Silla exige más que solo un asiento; requiere un análisis previo para optimizar la comodidad de los trabajadores principalmente operativos. ¿Cómo lograrlo?
En México, los trastornos musculoesqueléticos (TME) representan la principal causa de enfermedades laborales. Un análisis del IMSS, que abarca de 1990 a 2021, revela que los TME fueron la principal causa de años vividos con discapacidad (AVD), experimentando un aumento del 57.3% en dicho periodo. Dentro de estos trastornos, la lumbalgia fue la más frecuente, seguida por la osteoartrosis.
En este sentido, es fundamental que la aplicación de la Ley Silla se base en análisis ergonómicos previos, con el fin de que los trabajadores no solo se sienten, sino que lo hagan en "espacios adecuados para el descanso y el uso de sillas adecuadas", acorde con un comunicado de Lockton México.
Debate alrededor de la Ley Silla engloba las perspectivas de especialistas en ergonomía
Según la firma, desde su implementación el 17 de junio, la Ley Silla ha generado un considerable debate. Sin embargo, los desafíos para las organizaciones van más allá de su simple aplicación, abarcando también la diversidad de opiniones entre empresas, autoridades y expertos en ergonomía, así como la falta de comprensión de la normativa y las limitaciones presupuestarias.
"Esto ha llevado a que algunas empresas actúen sin el acompañamiento adecuado, aplicando soluciones improvisadas que no siempre cumplen el objetivo de mejorar el bienestar del trabajador", subraya la Doctora Annel Lozano, subdirectora de Estrategia de Salud Be Well en Lockton México.
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¿Cuál es el principal problema de salud relacionado con trabajar de pie?
Los trastornos musculoesqueléticos (TME) representan la principal causa de enfermedades laborales en México, según el IMSS, lo que subraya la magnitud de los riesgos ergonómicos para millones de trabajadores. Según el boletín, estos riesgos afectan especialmente a quienes deben permanecer de pie o realizar movimientos repetitivos sin contar con la infraestructura adecuada, dominando así las estadísticas nacionales de salud ocupacional.
Sectores que han encontrado más dificultades y cuáles son los mayores riesgos a los que se enfrentan
Trabajar de pie por períodos prolongados, una práctica común en sectores como el comercio minorista o retail, la banca, la seguridad, la distribución, las gasolineras y la manufactura (especialmente en roles operativos), afecta significativamente a un 60% o 70% de la fuerza laboral. Este segmento a menudo carece de la infraestructura adecuada para cumplir con normativas que permitan el descanso.
Los riesgos asociados con la bipedestación prolongada incluyen sobrecarga muscular y articular, particularmente en las extremidades inferiores y la columna lumbar, lo que puede derivar en dolor, fatiga y trastornos musculoesqueléticos. Además, se ha vinculado con problemas cardiovasculares y afectaciones durante el embarazo.
¿Qué solución pueden adoptar las empresas de estos y todos los sectores?
Desde esta perspectiva, Lockton México propone: "no se trata solo de colocar una silla, sino de diseñar protocolos de uso adecuados y espacios que promuevan el descanso sin comprometer la operación". Asimismo, advierte que las sillas mal elegidas, el mobiliario no ergonómico o las ubicaciones inadecuadas podrían incluso agravar los riesgos.
La firma asegura que la Secretaría del Trabajo ha comenzado a supervisar esta norma en sus auditorías. Aunque no hay lineamientos específicos, se prevén sanciones de 250 a 2,500 UMAS (entre $28,000 y $280,000 pesos), según la gravedad y el tamaño de la empresa.
Ante este panorama, las empresas deben adoptar un enfoque integral para cumplir con la Ley Silla. Annel Lozano señala que "el cumplimiento normativo debe ser solo el punto de partida. Es importante que las organizaciones cuenten con asesoría técnica ergonómica respaldada por un equipo multidisciplinario que incluya especialistas en medicina, nutrición, psicología y ergonomía".
La asesoría especializada permite a las empresas diseñar programas de salud laboral y prevenir lesiones musculoesqueléticas. Esto mejora el bienestar del personal y la operación, al reducir la rotación y el ausentismo, y fortalecer el compromiso. En sectores como alimentos y bebidas, algunas empresas han disminuido la rotación de personal en más del 20% gracias a estas medidas.
Lozano concluye: "Invitamos a las empresas a no ver la Ley Silla como una carga regulatoria, sino como una oportunidad para mejorar la salud y productividad de sus equipos". Agrega que "el cumplimiento de la norma no solo evita sanciones, sino que impulsa una cultura organizacional centrada en la prevención, el bienestar y la retención del talento".