Fintech temen nueva directiva europea

Tiene por objeto mejorar las normas existentes en la UE para los pagos electrónicos

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 .  (Foto: iStock)

Un grupo de 71 empresas de gestión de servicios financieros en Europa se han unido sus esfuerzos para publicar un manifiesto sobre el impacto negativo que pudiera tener la adopción de nuevas reglas para las fintech.

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Se trata de la Directiva europea de servicios de pago P2D2, que entrará en vigor en las legislaciones nacionales en enero de 2018,  entre su contenido destaca que:

  • proporciona la base jurídica para continuar el avance en el desarrollo de un mercado interior más integrado de pagos electrónicos en la Unión Europea (UE)
  • establece normas para los servicios de pago para conseguir que los pagos internacionales (interior de la UE) sean fáciles, eficientes y seguros como los efectuados dentro de un país
  • lograr una apertura de los mercados de pagos para facilitar la entrada de nuevos actores y un aumento de la competencia, ofreciendo más alternativas y mejores precios, y
  • contempla la plataforma legal necesaria para la zona única de pagos en euros (SEPA por sus siglas en inglés)

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Son una serie de nuevos estándares sobre las fintech se comunican con los bancos de parte del consumidor. Dentro de sus puntos clave están:

  •   mejorar la normativa existente en la UE para pagos electrónicos, implementando requisitos de seguridad más estrictos para los pagos electrónicos y la protección de datos financieros de los consumidores
  • mayor transparencia en las condiciones para los servicios, y
  • derechos y obligaciones de los usuarios y proveedores de servicios de pago

De aprobarse las aplicaciones podrían verse obligadas a utilizar una interfaz de baja calidad que termine con su negocio. Se señala que la directiva prohibiría la práctica conocida como screen scraping, la cual permite que una aplicación tome la información de otra app bancaria y la muestre dentro de su propia aplicación. La manera en la que una app de gestión financiera puede hacer esto por parte del usuarios es por medio de datos sensibles, como lo son un PIN o una contraseña.

Los bancos no están muy conformes con esto y argumentan que el screen scraping representa un peligro y los datos de los consumidores deberían ser accesibles únicamente a través de aplicaciones que usen la interfaz de programación de aplicaciones (API por sus siglas en inglés) que ofrece el banco, por la seguridad que conlleva.

Para las startups este es un medio en donde los bancos tendrían el control sobre el mercado injustamente, afectando la competencia. Si las fintech son obligadas a usar una API de mala calidad, ofertarán una interfaz acorde a eso a sus usuarios y perderán a sus usuarios.

Se afirma que estas reglas impactarán negativamente en el futuro de la innovación en Europa, ya que se estaría creando una dependencia tecnológica con los bancos para las fintech.