Para 2020 se prevé un mejor desempeño de la economía. Los pronósticos se sitúan ligeramente por arriba del 1%, porcentaje notoriamente inferior a la tasa de crecimiento promedio anual de los últimos 25 años (2.5%), que ya era decepcionante para una economía de las características de la mexicana, afirmó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado A.C (CEESP).
“Este crecimiento se aprecia factible sobre todo ante la reciente aprobación del T-MEC en los EEUU. No obstante, puede decirse que la posibilidad de no lograrlo es quizá el riesgo más importante que enfrenta la economía en 2020”, advirtió en un comunicado.
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Que ese riesgo no se cumpla dependerá de sortear otros peligros como:
- la incertidumbre por las decisiones y políticas públicas que instrumente el gobierno , “el año empezó con la implementación de la Ley General de Salud, que conlleva la puesta en marcha del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi)… el diseño del Insabi parece no haber sido el mejor, toda vez que, como ha sido en otros programas y proyectos recientes, carece de normatividad y calidad financiera y operativa claras y transparentes”
- restricción para participar en sectores considerados por el gobierno hasta ahora como exclusivos del estado “Ello limita el alcance del Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura del Sector Privado para inversiones en energía (petróleo y electricidad), agrava la incertidumbre y de persistir limitaría adicionalmente la inversión privada”.
- insuficiencia de la inversión pública, “el gobierno volvió a castigar el gasto en inversión física de manera significativa”.
- situación y perspectivas de Pemex, “se considera que es difícil lograr el objetivo de producción de petróleo prevista en el presupuesto, sobre todo por la limitación de recursos de Pemex y las dificultades que tiene el sector privado para participar en esta actividad”
- sostenibilidad de las finanzas públicas, “las autoridades contemplan medidas que han generado preocupación por un nuevo entorno fiscal que pudiera resultar excesivo por las penalizaciones”
- persistencia de las elevadas tasas de interés internas
- inseguridad y estado de derecho
- expectativas adversas de la economía internacional
“En conjunto, la posibilidad de una caída persistente de la inversión podría ser el principal factor de riesgo de carácter interno que inhiba el crecimiento, con los costos asociados en términos de generación de empleo y mejoría de la situación de los hogares”, resumió la institución.
No obstante el CEESP reconoció que hay algunos riesgos a la baja como la aprobación del T-MEC, la determinación del gobierno por trabajar en el equilibrio fiscal y la estabilidad en el sistema financiero y el tipo de cambio.
Por lo que reiteró la importancia que podrían tener la recuperación de los salarios mínimos y los contractuales, así como la persistencia del alto dinamismo de las remesas para una eventual reactivación del consumo, lo que alentaría la demanda agregada y el crecimiento económico.
