E-commerce menos persistente en economías que levantaron restricciones

El FMI expuso que en 2021 la participación en línea cayó un 12.2%

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 .  (Foto: iStock)

Aunque el confinamiento obligó a los consumidores a aprender a comprar en línea en los últimos dos años, aumentando así el número de transacciones en e-commerce, la reapertura de actividades está evolucionando al comercio digital en las economías e industrias y las cifras de ventas en este sector están mostrando variaciones.

De acuerdo con el análisis "Pandemic’s E-commerce Surge Proves Less Persistent, More Varied”, del Fondo Monetario Internacional (FMI), la crisis amplió la brecha digital y estimuló economías con poco comercio electrónico, y aunque ahora el gasto en línea es más alto que antes de la pandemia, en 2021 la participación en línea cayó un 12.2%.

Una investigación de Mastercard, la Escuela de Negocios de Harvard y el FMI a 47 países de enero 2018 a septiembre 2021, expuso que el gasto en línea está solo 0.6 puntos porcentuales por encima de la tendencia de crecimiento del comercio electrónico, si la crisis no hubiera ocurrido y a medida que la pandemia retrocede, el aumento se está revirtiendo.

Al respecto, el estudio del FMI puntualizó en que la proporción del gasto en línea está en o por debajo de los niveles de tendencia predichos antes del COVID-19 en algunos países, y aunque el e-commerce aumentó en las economías con una mayor proporción de transacciones en línea, los porcentajes se están disipando gradualmente a nivel agregado.

Durante la crisis, el pico más alto de la participación promedio del gasto en línea fue de 4.3 puntos porcentuales por encima del nivel pronosticado, pero a finales de 2021 la cifra se redujo a 0.3 puntos, no obstante, las industrias con niveles más bajos de madurez digital, como el comercio minorista, los restaurantes y la atención médica, tienen potencial para el e-commerce en los mercados menos desarrollados.

Y es que mientras las economías más ricas y digitalmente más maduras han recuperado paulatinamente su vida antes de la pandemia, regresaron más rápido al ritmo de gasto en línea previo a la crisis, mientras las economías con restricciones de movilidad más estrictas, han ayudado a que se registre un gasto en línea mucho mayor, aumentando así el consumo en línea.