Dentro de la gama de delitos establecidos en la legislación penal que afectan al patrimonio de las personas están el robo, el daño en bienes, el despojo, el abuso de confianza, la extorsión y el fraude, este último cuenta con diversas modalidades como el fraude genérico, fraude equiparado, fraude familiar, defraudación fiscal y defraudación a los regímenes del seguro social.
En la actualidad, se observa un aumento significativo en la comisión de delitos financieros, donde individuos buscan obtener beneficios personales perjudicando la economía de otros.
La mayoría de los defraudadores, buscan obtener datos para realizar alguna acción ilícita, lo que ha llevado a que autoridades investigadoras, como el ministerio público, policías, abogados defensores y asesores jurídicos se especialicen en combatir estos delitos.
Como ciudadanos, nos enfrentamos a la creciente amenaza de fraudes financieros, especialmente en el ámbito cibernético. Es esencial que la sociedad conozca estas amenazas y aprenda a prevenirlas. Aquí se presentan algunas de las prácticas más comunes.
Fraude cibernético
Se manifiesta de diversas formas, como:
- trashing (SPAM): se trata de un mensaje enviado a varios destinatarios que usualmente no lo solicitaron, con fines publicitarios o comerciales. La información de dicho correo invita a visitar una página o descargar algún archivo, que por lo general, es un virus que roba la información del dispositivo. Para evitarlo:
- hay que instalar en el dispositivo un buen antivirus
- no dar “clic” o abrir vínculos sospechosos
- sí se descargan aplicaciones, realizarlo por medio de las tiendas y desarrolladores oficiales
- smishing: en este tipo de fraude, se envían mensajes SMS al número de móvil con la finalidad de que se visite una página web fraudulenta. Esto con el fin de obtener información bancaria, para realizar transacciones a nombre de la víctima
- phishing: también conocido como suplantación de identidad, el objetivo es que al hacerse pasar por una institución financiera, con un mensaje indican que hubo un error en la cuenta bancaria, y al ingresar los datos, obtienen información confidencial como números de tarjetas de crédito, claves, datos de cuentas bancarias, contraseñas; etc. Inclusive, si se cae en la trampa, con los datos pueden hacer compras o solicitar créditos a nombre de la víctima, realizar transferencias y hasta vaciar las cuentas.
Las personas que realizan este tipo de fraudes son hábiles y engañan con tácticas alarmistas o solicitudes urgentes, para preocupar a la víctima y evitar que piense bien la situación - vishing: se desarrolla vía telefónica, en donde los delincuentes simulan ser empleados de alguna institución, y generalmente convencen a la víctima al decirte que en las cuentas están registrando cargos irregulares o que requieren alguna información adicional, se debe evitar proporcionarles datos y llamar directamente a la institución financiera para corroborar la información.
Comúnmente, llega en correos masivos y utilizan la imagen oficial de alguna institución financiera, mencionan que hay algo mal con la cuenta y que se requiere actualizar la información. De hecho, hay una liga que dirige al sitio falso, se solicitan datos personales y financieros, a veces llegan a pedir los dígitos del token. Para evitarlo:- nunca entregar datos por correo electrónico
- las empresas y bancos nunca van a solicitar datos financieros o números de tarjetas de crédito por teléfono o internet, cuando no sea la persona quien inicie una operación, hay que terminar la llamada telefónica inmediatamente, en su caso, y
- si aún queda duda del correo, llamar o asistir al banco o institución financiera y verificar los hechos
- pharming: consiste en redirigir a la víctima a una página de internet falsa mediante ventanas emergentes, para robar información. Suelen mostrar leyendas similares a estas “¡Felicidades, eres el visitante un millón, haz clic para reclamar tu premio!”. Para evitarlo:
- no dar “clic” a páginas sospechosas o responder mensajes de correo, que aluden el haber ganado un premio, viaje o sorteo, porque generalmente, solicitan antes datos personales para otorgar el supuesto premio, y
- verificar que el sitio en el que se navega, cuenta con el protocolo de seguridad https:// y un candado cerrado en la barra de direcciones
Créditos exprés
Las pseudoempresas que ofrecen créditos exprés con tasas bajas y sin consultar la información del solicitante o sin pedirle un aval son una amenaza. Las víctimas más frecuentes de los créditos exprés, también conocidos como “créditos milagro”, son personas que no pueden acceder a créditos a través de instituciones tradicionales o de empresas fintech. Para evitar caer en estas estafas se recomienda verificar si la empresa que promete un crédito está regulada por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), y si cuenta con el Sistema de Registro de Prestadores de Servicios Financieros (SIPRES), la cual es una herramienta digital, que tiene como objetivo proporcionar al usuario información detallada, sobre todas las instituciones financieras que hay en el mercado.
Pirámides de estafas
El esquema “piramidal”, es un mecanismo que promueve que cada persona participante invite a un grupo de al menos dos conocidos, a invertir en un negocio determinado y cada uno de ellos a su vez involucre a otras dos personas y así sucesivamente.
Esto por lo general, pierde impulso y termina en un gran fraude en el que se prometen elevados rendimientos a los participantes y, al final, únicamente los promotores de arriba de la pirámide; es decir, los que inician el negocio, son los que sí reciben los recursos de las personas que participaron después. Para evitar ser víctima:
- verificar que esté debidamente autorizada y regulada por las autoridades, y además, que cuente con el seguro de depósito
- comparar y elegir la institución financiera que ofrece el producto con la mayor tasa de interés y cobre menos comisiones
- confirmar que la institución seleccionada, tenga una sucursal cerca de casa o trabajo para evitar complicaciones
- no involucrar a familiares o amigos en estas operaciones riesgosas
- hay que dudar de aquellas entidades que ofrecen dinero fácil y rápido, con rendimientos muy por encima de lo que se oferta en el mercado
- revisar que la institución, esté registrada ante el Sistema de Prestadores de Servicios Financieros
- si se va a contratar con una institución de tecnología financiera (ITF) o aplicación digital (apps), leer los términos y las condiciones de la plataforma, así como, los contratos deben estar disponibles en la misma para su consulta, y
- prestar atención con las comisiones y gastos del producto o servicio que se contrataría
Invertir en criptomonedas
El Banco Central Europeo, define a una criptomoneda como una moneda virtual que se crea y se almacena electrónicamente. Actualmente, existen una diversidad de monedas virtuales que ha ido ganando terreno, la principal diferencia que existe entre estas, es el sistema algorítmico que utiliza, entre las más conocidas se encuentran el Bitcoin, Litecoin, Dashcoin, Ethereum y Ripple. Si se decide incursionar en esto, debe saberse que:
- las monedas virtuales, no están reguladas por ninguna autoridad financiera y todas las operaciones realizadas son irrevocables, por ello, no existe forma de que los usuarios puedan reclamar, en caso de que sospechen que son o han sido víctimas de un fraude o algún quebranto, por un cambio repentino y abrupto en su valor o por la suspensión en su cotización, y
- en el supuesto de asumir riesgos y estar inmerso en el ambiente de las monedas virtuales, se sugiere asesorarse y contratar a un “minero digital”, el cual minará las criptomonedas generando un algoritmo o resolución de un problema matemático desde un servidor de internet. Este algoritmo, se usa para rastrear el intercambio de bitcoins, y así, evitar que se originen falsas monedas, los “mineros” reciben una paga con este dinero virtual
Alteración de cheques
Evitar ser víctima en nuevas modalidades de fraudes a través de los cheques; esto es, los estafadores se acercan a las personas en las filas del banco y les ofrecen cambiar su cheque, sin que tengan que estar tanto tiempo formados en una fila. Una vez que los delincuentes tienen el cheque en sus manos, se los llevan y modifican algunos elementos como: cambio de nombre del portador, modifican el monto a cobrar y lo endosan a su nombre.
El defraudador aprovecha la firma del emisor para que el banco pueda aprobar el cambio. Posteriormente, acude a cobrar el cheque y endosa la cantidad a favor de un tercero para cobrarlo. Finalmente, días después, el emisor del cheque recibe una notificación donde se le informa que se cobró el cheque, pero por una cantidad diferente a la que fue emitida.
Por ello, frente a esta forma de operar, se recomienda esperar el tiempo que sea necesario en la fila, y así, evitar cualquier tipo de robo y fraude. Asimismo, si se emite un cheque debe ser en forma nominativa; es decir, que mencione el nombre de la persona a quien se extiende dicho título de crédito, guardando los comprobantes de cobro y emisión
Tallado de tarjetas
Acudir a los cajeros automáticos para retirar efectivo con tarjeta exige estar siempre alerta, pues es uno de los momentos que aprovechan los delincuentes para robar el dinero mediante una táctica conocida como “tallado de tarjetas”.
El delincuente se acerca para ofrecer ayuda y toma la tarjeta de la víctima, argumentando que se debe tallar o limpiarla para que el cajero automático no tenga problemas para leerla, pero lo que en realidad hace, es que la cambia.
Después el tarjetahabiente, sin que se haya percatado ingresa al cajero la tarjeta falsa y el NIP, el cual es captado por un cómplice, posteriormente, ambos se alejan con el código y la tarjeta de la víctima. ¿Cómo evitarlo?
- No aceptar el auxilio de una persona extraña; o bien, en caso de requerirlo, verificar que sea un empleado autorizado por el banco
- mantener la distancia de seguridad con terceros
- revisar que la ranura donde entra la tarjeta no tenga irregularidades, como objetos externos, así como, cubrir los números del teclado al momento de ingresar el NIP, y
- en caso de tener algún inconveniente, se deberá notificar inmediatamente al personal de la institución bancaria o llamar al número de atención al cliente
Clonación de tarjetas
La clonación consiste en robar la información contenida en tu plástico, por medio de dispositivos electrónicos llamados skimmers, para transferir posteriormente esta información a una nueva tarjeta vacía y así realizar operaciones fraudulentas. Para evitar ser víctima se debe:
- no perder de vista la tarjeta al realizar pagos con esta; en los restaurantes y establecimientos, hay que solicitar que lleven la terminal o pagar directamente en caja
- llevar un registro de las transacciones y revisar los estados de cuenta para detectar posibles anomalías
- cerciorar que no tenga ningún dispositivo adicional instalado en el lector de tarjetas, y
- existen bancos que ofrecen seguros contra fraude, robo y asalto en cajeros automáticos. Algunos tienen costo, otros los otorgan gratuitamente cuando se tiene cierta antigüedad con la cuenta, y en otros, los ofrecen como un beneficio adicional
Ahorro informal y ficticio
Dentro de la informalidad existen las famosas “tandas”, quien la organiza se puede quedar con el dinero y no repartirlo; asimismo, existen cajas de ahorro que viven de la ilegalidad ofertando sus servicios y quedándose con el dinero de los usuarios. En ambos supuestos, no están registrados o avalados ante las autoridades de gobierno en materia financiera, lo que dificulta su exigibilidad. ¿Cómo prevenirlo?
- No ingresar al círculo de las “tandas” o “natilleras”, y
- verificar que la caja de ahorro se encuentre registrada para operar ante instituciones financieras del Estado
Se debe recordar que el delito evoluciona constantemente y hasta el momento la tipología de delitos financieros descritos, son los que mayormente se cometen en la sociedad; por tanto, la mejor manera para evitar ser víctima, es conociendo sus distintas manifestaciones y recomendaciones de prevención, mismas que están disponibles en las páginas oficiales de las entidades financieras de cada país. También se recomienda difundir la información a otras personas; o en su caso, asesorarse de algún abogado especialista en la materia.