Tarjetas de crédito, ¿por qué son peligrosas?

La gente tiene problemas con el uso de sus plásticos debido a que olvidan que ese dinero no es una extensión de su salario

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 .  (Foto: iStock)

En México, 75 % de las personas que tienen algún préstamo o crédito registran atrasos en sus pagos, de acuerdo con datos de Destácame.com.mx.

Lo anterior debido al desconocimiento sobre el uso de las tarjetas de crédito aunado una pobre evaluación de nuestro comportamiento como consumidores, afirmó la vocera de Resuleve tu Deuda, Kathy Quintero.

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Explicó que de acuerdo con el último reporte realizado por la empresa de servicios financieros, 8 de cada 10 clientes desconoce la manera correcta de calcular los intereses, de ahí que el sobreendeudamiento promedio en créditos al consumo sea de 140, 000 pesos.

Asimismo refirió que la gente tiene problemas con el uso de sus plásticos debido a que olvidan que ese dinero no es una extensión de su salario y si no liquidan a tiempo sus deudas, los intereses se acumulan hasta llegar a un punto insostenible.

Durante 2016, más de la mitad de las tarjetas en circulación pertenecieron a clientes no-totaleros, personas que no cubrían el monto completo antes de la fecha acordada, lo que los vuelve un grupo más susceptible a generar intereses.

Agregó que usar una tarjeta de crédito de manera correcta genera grandes beneficios, ya que es una herramienta que permite administrar consumos y planear compras, por lo que aconseja a los clientes:

  • antes de adquirir una tarjeta identificar y delimitar su objetivo
  • revisar los beneficios y cargos que ésta ofrece, para aprovechar los que sean útiles y cancelar los que no se ocupen
  • evaluar la capacidad de pago
  • debe tomar en cuenta es el Costo Anual Total (CAT) para comparar distintos productos
  • adquirir tarjetas que tengan una tasa de interés anual fija o buscar alternativas en el mercado fintech

Para finalizar, Quintero refirió que lo mejor es tener dos tarjetas: una para gastos comunes que se pueda liquidar en su totalidad cada mes y ofrezca beneficios por usarla, y otra para gastos más fuertes cuya tasa de interés sea pequeña, aunque no ofrezca beneficios.