En México en lugar de tener una política preventiva, se mantiene un diseño presupuestal enfocado hacia el auxilio y recuperación, advirtió el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República (IBD).
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En la investigación “El sistema escolar ante los sismos de septiembre de 2017”, el IBD aseguró que la política de protección civil, entre 2000 y 2014, continua anclada en un enfoque reactivo, incluida la orientación del presupuesto.
Explicó que una política de prevención no solamente se ocupa de la reacción de las personas frente a fenómenos potencialmente destructivos, con simulacros de sismo por ejemplo, sino que también debe crear las condiciones materiales para evitar desastres y mitigar los daños.
Lo anterior, pese a que en el discurso, adoptaron un enfoque de “gestión integral de riesgos” después del sismo de 1985 y los ocurridos en septiembre de este año, lo que supone la implementación de políticas públicas dirigidas a combatir las causas estructurales de los desastres y fortalecer la resiliencia de la sociedad.